Último artículo de opinión del año de Alfonso Callejero, hablando de la bandera de España
A mí la bandera de España no me molesta y no veo porqué debería hacerlo. El problema no es en sí, su presencia o ausencia, si tiene dos, tres colores o 50 estrellas.
Pero sí que ante el frío acto de marketing vacío que es izar una bandera con vivas y cornetas (en voz en off), para luego envolverse en ella, me produce el efecto contrario.
Como decía, a mi me chirría la conciencia cuando quienes se declaran constitucionalistas, su único objetivo es hacer una foto para sus redes y en su práctica política diaria o en los discursos de sus partidos o, en nuestro caso, ayuntamiento no observo que se apliquen muchos de los artículos que, en dicho texto, defienden una gran variedad de derechos ciudadanos que son obviados o ninguneados.
Me explico: hablando concretamente de Fraga, nos enfrentamos a problemas cotidianos que izar una bandera no resuelve, ni mucho menos.
¿Qué ha hecho el alcalde o la concejala de Urbanismo para mejorar el acceso a la vivienda? Porque ya sabemos que la situación está más que complicada, con precios que suben y casas viejas que se caen a pedazos. ¿Qué medidas han llevado a cabo para evitar que cada año haya más pisos pateras? Viviendas, que a la postre, en condiciones absolutamente inhumanas, siguen ocupadas incluso en invierno, con el frío calando los huesos de los que las moran.
Pero claro, para eso no hay ni un tuit, ni una foto en Instagram.
¿Qué acciones, presiones, posición de postura pública ha mantenido la alcaldía, la comarca y la diputación de Huesca -todas gobernadas por el mismo color político-, en defensa de la sanidad pública de nuestra comarca y del Sector de Barbastro?
Nada de nada.
Y ni hablemos de riqueza. ¿Qué propuestas ha trasladado al gobierno de Aragón el ayuntamiento con el fin de que se promueva una justa redistribución de la riqueza y así paguen más los que más tienen, para de esta manera aumentar la recaudación y tener más dinero para invertir en Fraga, en todos los vecinos y nuestras necesidades?
El silencio es ensordecedor.
En cuanto al medio ambiente, lo único verde que vemos son cuatro hierbas que se cuelan entre el infinito asfalto, porque en serio, ¿qué ha hecho la alcaldía para crear espacios verdes en la ciudad que nos ayuden a adaptarnos al cambio climático? ¿O es que el cambio climático es también un concepto que suena bonito en discursos y luego se olvida? Porque su mayor hobby es talar árboles sistemáticamente y poner palillos.
¿Qué hace el ayuntamiento y su concejal de juventud y/o cultura (sea el que sea) para potenciar el ocio juvenil en Fraga? Con el fin de crear una red cultural que permita a los jóvenes expresar sus inquietudes personales, culturales, sociales, artísticas o explorar desde las nuevas tendencias.
Pues nada, ni una sola propuesta.
A todos estos artículos incumplidos de la Constitución Española, la respuesta del Ayuntamiento es izar una bandera gorda y fría.
Por este motivo, a mi ver izar banderas no me molesta en absoluto. Sí que me produce una profunda indiferencia. Porque no comulgo, ni comparto los valores de quienes la hacen ondear. Y lo peor de todo es que usan la Constitución como una especie de ladrillo para tirarlo a la cabeza de su oponente imaginario, cuando en realidad ese ladrillo podría usarse para construir algo mucho más útil: la casa común de todos y para todos.
Yo, personalmente, prefiero vivir en un Estado que no solo reconozca el derecho a la vivienda, a la salud, al medio ambiente, a la cultura y el ocio en un texto legal. Quiero ver que esos derechos se defienden de verdad, día a día, con acciones políticas y no con gestos vacíos de marketing y foto de Instagram como hacer ondear banderas al viento.