El consejero de Medio Ambiente y Turismo, Manuel Blasco, ha visitado las instalaciones, gestionadas por Griñó Ecologic y propiedad del Instituto Aragonés del Agua
La planta de biogás de Zaidín (Huesca), impulsada por el Gobierno de Aragón y gestionada por la empresa Griñó Ecologic, tendrá capacidad para tratar anualmente 205.000 toneladas de purines y otros residuos procedentes de la industria agroalimentaria y de restos agrícolas.
El consejero de Medio Ambiente y Turismo, Manuel Blasco, ha visitado hoy las instalaciones de esta planta en su inauguración oficial, acompañado por el presidente ejecutivo del grupo Griñó, Joan Griñó; el director gerente del Instituto Aragonés del Agua, Luis Estaún; y por el director gerente de SARGA, Jorge Escario.
Estas instalaciones, cuya titularidad es del Instituto Aragonés del Agua y que comenzaron su actividad en marzo, supusieron una inversión de 11 millones de euros y fueron concluidas en 2017. En el año 2019, la empresa Griñó Ecològic resultó adjudicataria de la concesión demanial para la explotación de la planta, que tiene como objetivo el aprovechamiento del purín porcino y de los estiércoles excedentarios generados en la zona, que no pueden aplicarse al terreno de manera directa como abono agrícola. SARGA, empresa pública de Gobierno de Aragón, asumió la Dirección de Obras y la Coordinación de Seguridad de Salud durante la fase de construcción. Además, ha prestado asistencia técnica al Instituto Aragonés de Agua durante el periodo de puesta en marcha de las instalaciones.
De este modo, mediante un proceso de biodigestión y desnitrificación se ofrece una alternativa de gestión al purín y estiércol excedentario. Al final del proceso se genera biogás, que será transformado en energía eléctrica y calorífica, y en subproductos finales compatibles con el aprovechamiento agrícola. En consecuencia, este proceso permite reducir la contaminación de los suelos por nitratos, así como la emisión de gases de efecto invernadero.
La capacidad de tratamiento máxima en la planta de estiércoles, purín y otros cosustratos es de 205.000 toneladas al año, si bien el objetivo principal de las instalaciones es el tratamiento del purín porcino. El potencial máximo aproximado de la instalación de generación de biogás es de 2.228.826 metros cúbicos al año, cuya transformación produce energía térmica y eléctrica que permite su autoconsumo en las propias instalaciones, así como la generación de energía eléctrica excedentaria.
El proceso
Los procesos básicos, que se usan son: separación de fase sólido-líquido, tratamiento del nitrógeno por nitrificación-desnitrificación (NDN) y producción de biogás por digestión anaerobia.
En una primera fase, el purín es espesado por procedimientos mecánicos (tamizado, decantación, equipos de separación), el fango obtenido se envía a los digestores donde se somete a digestión anaerobia a una temperatura de 35-40º C para producir biogás. Tras un período de aproximadamente 30 días se separa la fracción sólida mediante centrifugación. La fracción líquida se somete a un proceso biológico de aireación (NDN) que transforma el nitrógeno amoniacal en nitrógeno atmosférico, que es inocuo, y por último el efluente líquido final es decantado y clarificado.
Como productos finales del proceso se obtienen una fracción sólida digerida con alto valor fertilizante y fácilmente transportable; un efluente líquido final depurado y apto para utilizar como fertirrigación en las parcelas cercanas; biogás, con una alta concentración en metano, que genera energía renovable; y calor aprovechable.
Cabe recordar que en el año 2008 se firmó un convenio entre el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón y el Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino en el marco del Plan Nacional de Calidad de las Aguas. Dentro de este convenio, y con el fin de la implantación práctica de soluciones de tratamiento, se incluyó la ejecución de cuatro plantas de tratamiento de purines, localizadas en Zaidín, Capella, Valderrobres y Peñarroya de Tastavins (planta de biodigestión que complementa a la de tratamiento biológico ya existente) por un importe conjunto de unos 18,7 millones de euros, cuya ejecución el Instituto Aragonés del Agua encargó a SARGA (en ese momento, SODEMASA).
Aragón tiene una importante actividad ganadera porcina, con alrededor de 10 millones de cabezas de ganado porcino que generan un problema medioambiental por los purines, los residuos generados por las granjas. Los campos de cultivo no son capaces de absorber todo el purín generado en la zona, que se utiliza como fertilizante, y se produce contaminación, fundamentalmente de compuestos nitrogenados en los acuíferos y, posteriormente, en los cauces alimentados por esos acuíferos.