Al igual que en otros muchos puntos de España, hoy agricultores y ganaderos de toda la comarca se han unido para protestar en Fraga
Desde primera hora de la mañana del martes 6 de febrero, tractores, furgonetas y camiones llegados de todos los municipios del Bajo/Baix Cinca se han concentrado en las instalaciones de Merco Fraga. Más de 200 vehículos, según algunos de los asistentes, se han dado cita en esta concentración, que ha iniciado su marcha sobre las 10 h. de la mañana y ha empezado a provocar retenciones en los accesos de carreteras y en el interior de la propia ciudad de Fraga. Las vías A2, AP-2 y N-211, así como sus accesos, han sido las que más han notado el colapso en la circulación, como consecuencia de las protestas del sector agroganadero.
«Esto trata de personas«
Ni sindicatos ni políticos habían convocado la protesta y por eso había tenido tanto apoyo por parte de los trabajadores del campo, señalaban algunas personas. La concentración se ha ido organizando a través de redes sociales y grupos de WhatsApp, sin un único convocante y sin ningún logotipo sindical o político. «Esto no se trata de salvar un negocio, se trata de la subsistencia y modo de vida de miles de familias»; «El sector ya no puede aguantar más y por eso las protestas se están sucediendo por todo el país»; «Alguien tiene que escucharnos, subdelegación, diputación, el ministerio, quien sea, pero esto no puede seguir así»; «Tienen que decidir si quieren que la agricultura y ganadería sigan siendo sectores de valor en este país o que acaben de hundirse«, estas son algunas de las frases y quejas que proclama el sector a través de distintos canales, buscando que alguien escuche sus reivindicaciones.
No hay un manifiesto consensuado
No hay una reivindicación clara ni un manifiesto consensuado. Son tantas las quejas del sector que se hace difícil expresarlo todo en un solo documento. El uso y limitación de productos fitosanitarios; las medidas menos exigentes y falta de control de países de fuera de la Comunidad Europea, como Marruecos, donde no existen las mismas limitaciones de uso de productos químicos o donde los sueldos de la mano de obra son muy inferiores a los de España; la interminable burocracia y el cuaderno de campo que supone más horas de oficina que hay que sumar a la jornada en el campo o externalizar esta tarea con el coste que supone; el incremento de materias y combustibles, las normas de la Agenda 2030; la ley de bienestar animal; el poco apoyo de las administraciones públicas,… La lista de protestas parece interminable para la gente del campo, un colectivo que se queja de estar maltratado constantemente.
Al final, es lógico ver la dificultad de acordar un manifiesto único y común porque, tanto agricultores como ganaderos, se ven abrumados día a día por todas las trabas burocráticas y por las nuevas normativas que surgen constantemente. El sector, simplemente ha dicho ¡BASTA!.
Y como bien recuerdan algunos de los manifestantes «Si el campo no produce, la ciudad no come».